Todos tenemos algún sueño inconfesable, en esta época del año donde todo son buenos deseos, quiero seguir soñando y confesarlos.
Sueño que Marruecos empieza un idilio con la Señora democracia, y se convierte en un país donde se respetan los derechos humanos y, que el efecto contagio se propaga a todos y cada uno de los países donde brillan por su ausencia. Que las diferentes religiones se complementan en lugar de enfrentarse.
Sueño que los grandes mercados responsables de los vaivenes de las economías mundiales, dedican los beneficios de sus especulaciones, a erradicar el hambre en el mundo, al desarrollo y la investigación y, suspenden definitivamente sus ataques y posterior derribo al país al que dirijan su punto de mira.
Sueño que la oposición conservadora de mi país, apoya sin condiciones al estado español y le ayuda a defenderse de las continuas especulaciones y ataques externos y malintencionados que desestabilizan y dañan tanto nuestra estabilidad y credibilidad y, que ninguno de su portavoces desprestigia nuestro país en publico.
Sueño que los daños medioambientales son combatidos hasta su erradicación y que ningún país antepone sus intereses materiales a las necesidades de nuestro planeta y, que se toman medidas comunes para acabar con las agresiones a nuestros ecosistemas y se aprueba un desarme nuclear global.
Sueño que las victimas de terrorismo de cualquier índole, logran recomponer sus vidas y que la educación y el respeto se abre paso en nuestra sociedad.
Ruego que nadie me despierte pues aún me quedan multitud de sueños por cumplir.
Publicado en Lanza edición escrita del 05/12/2010