sábado, 14 de mayo de 2011

Que peligro tienen los discursos xenófobos.

En una campaña electoral,es imprescindible respetar las formas, o corremos el riesgo de perder mucho más. Los políticos no son del todo conscientes del peligro que puede entrañar el discurso basado en la crispación.
Las consecuencias pueden ser imprevisibles, los candidatos de uno u otro partido no son dianas, a las que se puede insultar, menospreciar y en algunos casos agredir.
No se puede convertir una campaña en una guerra sucia utilizando todo tipo de artimañas, para arañar un voto indeciso.
La mente humana es tan compleja, que llevado por la ira o el alcohol cualquier impresentable se puede tomar la libertad de insultar o agredir, a quien comete el error de ejercer su derecho a llevar propaganda,o, pegar carteles del partido político, al que se le achacan, todos los males de este siglo, avalados y jaleados por la oposición de este país.
No debemos permanecer impasibles a los continuos ataques verbales y a veces físicos de algún energúmeno, a las personas que optan a cualquier cargo político sea del partido que sea.
Espero que esta reflexión no caiga en saco roto, pues la agresividad de algunos unida a la pasividad del resto nos puede llevar a alguna tragedia.
Pido respeto, pido solidaridad y sobre todo pido humanidad.
Creo que no es mucho pedir.